Miguel y Manolo son amigos y clientes habituales de Tentadero La Paz.
Siempre es una alegría recibirlos en nuestra finca por su carácter: son encantadores y muy divertidos.
Son esa clase de parejas que te transmiten el amor que sienten el uno por el otro y te contagian esas ganas locas que tienen de vivir la vida.
Aún recuerdo el domingo que vinieron a degustar el menú de compartir como es habitual en ellos. Cuando acabaron de comer fui a saludarlos como de costumbre y tan solo por la forma en que me miraron, supe que iba a organizarles el día más importante y feliz de sus vidas.
Sabía que no iba a ser una boda tradicional y no lo fue.
Tenían las ideas muy claras y aún así se dejaron guiar y aconsejar en todo momento.
El resultado fue un día lleno de emociones, tanto para ellos y para mi, que disfrute de todos los preparativos como una niña pequeña.
- Eligieron la música que querían que sonara para recibir a los invitados, y que ibamos acomodando en la zona que habíamos habilitado para celebrar la ceremonia civil.
- Decidieron que la ceremonia civil se iba a realizar en el prado donde tenemos los caballos, quedó precioso dentro de un ambiente muy campestre.
- La oficiante Amparo Montañana derrochó sensibilidad en el transcurso de la ceremonia, ya que había quedado unos días antes con la pareja, para conocerlos personalmente y contarnos a todos su historia de amor, tampoco faltaron las palabras de amigos y familiares.
- Al terminar la ceremonia, los invitados degustaron el cóctel de bienvenida, en otra zona de la finca.
- Y seguidamente la cena fue servida al aire libre.
- La zona de baile se montó en la zona que normalmente utilizamos para la celebración de bodas civiles, también al aire libre
Fue una boda campestre y muy romántica, donde se personalizo cada detalle.