¿Quieres casarte conmigo? A mí, me encantaría ser vuestra oficiante porque cada pareja es única y cada boda un sueño que me gustaría ayudaros a cumplir.
Antes que nada me presento: soy Amparo Montañana y muchas veces me preguntan… pero, y tú… ¿qué eres, a qué te dedicas? Soy periodista y de ahí mi afición a la escritura y la oratoria. Pero la realidad es que mi pasión por las bodas viene de hace más de 15 años, cuando empecé a oficiar ceremonias como Concejal. Me parecía algo tan frío que empecé a entrevistarme con las parejas y conocerlas un poco mejor para que cuando llegara el día de la boda los novios pudieran escuchar un discurso con pinceladas de su historia. Así es como empiezan a atraerme cada vez más este tipo de celebraciones, porque realmente disfruto haciendo este trabajo. Y no hay nada que te llene más que las palabras de los novios agradeciéndote lo que has hecho y la enhorabuena de los invitados que han quedado fascinados por pasar un rato agradable, siendo partícipes de una ceremonia de la que también se sienten un poco protagonistas.
¿El secreto? Conocer a los novios y contar la historia como ellos quieren escucharla. No con datos, sino con mucho sentimiento, buscando la esencia de cada pareja. No hay dos bodas iguales porque no hay dos parejas idénticas. Cada una tiene sus preferencias, sus gustos, sus aficiones y cuando una pareja me propone una idea, es un reto hecho realidad.
¿Te atreves a hacer una boda hindú, torera, ibicenca… o una boda de cine? ¿Y por qué no? He oficiado bodas en inglés, italiano, francés, alemán o incluso checo. He introducido ritos diferentes en la parte legal para que sea más amena, no sólo mezclar dos arenas, o juntar dos velas, sino tener en cuenta los gustos de la pareja y adaptar el rito, como la suelta de globos, mariposas, el arte del lienzo o el handfasting (unión de manos).
Vosotros elegís y se diseña la boda a vuestra medida, porque sois la inspiración en todo momento. No hay que olvidar que la ceremonia es lo primero que tiene lugar en la celebración de vuestro día, es la primera impresión que se van a llevar todas las personas que os acompañan y si todo sale bien, parece que hay más predisposición a disfrutar del día.
Si hay una palabra que destacan muchas de las parejas que he tenido la suerte de unir es «inolvidable».
Y no se trata sólo de contar sino de cómo contarlo. Saber trasmitir cada palabra, con la entonación oportuna, jugar con la música o incluso crear los silencios que nos llevarán a un efusivo aplauso. Ése es el secreto: crear, sentarse delante de una hoja en blanco con toda la información que me habéis trasmitido y componer parte de la historia de vuestra vida.
¿Me dejas acompañarte en vuestra próxima aventura hacia el sí quiero? Mi compromiso es hacer de ése día una vivencia especial que siempre recordaréis. ¡Porque el amor es la razón de la vida!